Eterno y efímero.
Soliloquio, desconcierto y apurado.
Bueno, la mediocridad hizo lo suyo.
Pero las frases célebres otro tanto.
No me preparé para la basura.
Y no me preparé para el desconcierto.
Es cierto que lo llano ajusta promesas.
Pero lo vano y lo idiota ajusta correas si de apretar se trata.
Simplemente el primer plan.
Simplemente la cocina del ocio.
Por eso pare de tocar por un momento.
Para pensarme. Para pensar.
Para que vengan a mí las notas.
Las buenas y las malas.
Las buenas.
Las malas al muladar.
He visto a varias personas pasar por el costado de mi página y mi blog y han hecho sus excelentes aportes.
Mi casa.
Mi colina eterna de amistad.
De montevideana sombra.
De Rioplatense brisa.
Y ahora de pacífico y serena música.
He visto de lejos mediocres. De ocres colores. Sin roces de Otoño.
Muerte.
Reflejo de miseria y mentira humana.
Bueno.
Doblemente bueno.
Es mi casa y sigo abriendo puertas.
Bueno.
Doblemente bueno.
Es mi casa y sigo recibiendo amigos.
Importa.
Eso importa.
Me encuentro preparando el toque del 28 de Diciembre. En la sala SCD Vespucio en Santiago de Chile.
Chile mi ahora-hogar.
Presente.
Van a estar varios. Gabriel y sus tambores. La Vasti en los coros......
Y D(+) banda.
En eso andamos.
El 28 de Diciembre a las 2100 hs.
Tocar es excelente. Me he tardado un poco en salir. Aun a la distancia esto suena a golosina y orgasmo.
Un dulce y un desnudo.
Mirar la siguiente vez.
Observar la siguiente madera.
La guitarra.
Bueno, me ha acomodado el descanso que he convertido en práctica de salud.
Saludable y a la vez kármica.
De entre-letras...
Dicotómica.
Carretera fértil.
Me han escrito con cariño.
La calle señala el escenario que a la postre se convierte en película y personaje.
Si al final, se escribe entre sabanas los bostezos del despertar.
Y el despertar sigue siendo sonriente.
Y el dormir, ausencia de a ratos.
Ausencia y la suerte.
La mía y la de los demás.
Y uno debe de estarse cuidando en la moneda corriente.
Lo esencial es invisible a los ojos y torpe el proceder cuando uno se acostumbra a mirar y no VER.
Lo esencial sigue siendo invisible y nosotros ciegos en el mirar.
Nadie aprende sino tropieza y nadie aprende sino se vuelve a levantar.
Sino preguntenlé a Leonard Cohen.
Salute y abrazos a lo que eso leen.
Mi música para ustedes.
Mientras tanto al principio del final mi amiga Martha al norte escribe:
Hay cosas irrompibles todavía,
como la lluvia
como la lluvia